Cirilo, un testimonio de que nunca es tarde para aprender

Cirilo, un testimonio de que nunca es tarde para aprender

En la comunidad de Tres Hermanas, corregimiento de Cirí de Los Sotos, en el distrito de Capira, visitamos al señor Cirilo Flores, quien se dedica a la agricultura junto a su esposa e hijos.

 

El señor Cirilo, al igual que su esposa Bernaberla, no tuvo la posibilidad de estudiar. Hoy con 68 años, gracias al apoyo de su hija Erika Flores, quien asumió el reto de enseñarles a leer y escribir mediante el método cubano “Yo Si Puedo”, logró ser parte de la estadística de personas alfabetizadas en Panamá Oeste.

 

“Ahora ya logro leer algunos carteles y eso me llena de alegría, me siento realizado como persona”, dijo emocionado el señor Cirilo. “Nunca pensé que podía hacerlo, además las cosas se van olvidando, pero al contrario a través de lo que he aprendido, se me abrió el mundo”, aseguró.

 

Mientras su esposa Bernabela Sánchez expresó sentirse feliz y que además sus hijos se enorgullezcan de ella. “Cuando no sabía leer ni escribir, sentía vergüenza a equivocarme y que la gente se burlara de mi ignorancia. Ahora si me siento completa porque aprendí a leer y escribir, soy muy buena estudiante, nunca falto a las clases”, dice complacida.

 

Para Erika fue un reto, ya que sus padres nunca fueron a la escuela y los resultados fueron sorprendentes y muy alentadores.

 

Además del señor Cirilo y su esposa, también fue alfabetizado su nieto José Flores Sánchez, de 16 años, quien no pudo terminar su educación.

 

“La sociedad debe estar consciente de que si una parte de la población, llega a adulto mayor siendo analfabeta es doblemente vulnerable, pues a sus condiciones físicas propias de los años, se une una traba cultural que no tiene otra solución que depender de una tercera persona”, afirmó la coordinadora del Programa de Alfabetización en el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) La Chorrera, Dalis de Labrador.

 

 

Una liberación especial

 

“Hoy día estar alfabetizado hace importante a la persona porque el saber leer y escribir es fundamental para la educación. Abre las puertas a un mañana esperanzador, pero sobre todo lo ayuda a liberarse de la pobreza, tanto mental como de manera económica, debido a que hace a la persona más pensante, crítico y creativo, capaz de poder generar y defender sus ideas, asumir compromisos y aceptar errores”, continúo diciendo Labrador.

 

En Panamá Oeste se han alfabetizado 154 personas en el período de 2020 – 2021. Además, se cuenta con diez ambientes de clases: cinco en La Chorrera, tres en Capira, y dos en el distrito de San Carlos, los cuales finalizan clases a finales de noviembre próximo.

 

Estos nuevos alfabetizados recibirán su certificado el día 12 de noviembre, junto a otras 15 personas que al igual que ellos asumieron el reto de aprender a leer y escribir.

 

A través del programa “Muévete por Panamá, Yo sí Puedo” cientos de panameños de estratos humildes están experimentando el placer de leer un periódico, un libro o una revista, una habilidad que hasta ahora el sistema les había negado.

 

El director nacional de Alfabetización del Mides, Carlos Alberto Contreras, explicó en anterior ocasión que este programa es el más práctico que han encontrado para alfabetizar y se desarrolla en 65 clases, dos horas de clases por día.

 

Esto nos indica, expresó Contreras, que en un periodo de dos meses y medio una persona aprende a leer y escribir, aunque hizo la aclaración que el tiempo se puede extender tres, cuatro y hasta cinco meses, dependiendo de la forma como se implemente porque el programa se adecua a la agenda del iletrado.

 

“Habrá días que el participante reciba las clases en horas del día, de la tarde o en la noche, todo se ajusta al horario y disponibilidad de la persona lo que facilita su comprensión”, afirmó además el directivo del Mides.

De acuerdo con estadísticas del Mides, se estima que hay más de 90 mil iletrado en el país. Para el director Contreras no es aceptable, por lo que se comprometió a trabajar más en la institución para bajar esta cifra, ya que es una deuda social que se tiene con las personas más desfavorecidas.

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